Los resultados visuales son varios: siluetas de personas que comparte faenas de trabajo, mapas, contornos de continentes del hemisferio, campos de flores, etc.
Balboa registra/pinta/extiende los colores en grandes formas, estructurando topográficas estelares. La imaginaria se torna compleja, se amplía en sonoras y amorfas configuraciones trémulas.
El sonido cromático proviene de una mirada flagrante e incisiva, como mirar por el Aleph borginano y encontrar en esa búsqueda, miles de argumentos para escribir una novela de misterio.
Las variadas re-lecturas sobre el cosmos que Balboa matiza con coloquiales personajes terrenales mas la contemplación subyacente de mundos estelares, conflagra su imaginaria en campos orgánicos de vida y de energías renovadas. Balboa nos ofrece un nuevo panorama a disfrutar, a tocar/sentir y alucinar nuevos espacios. Nuevos pensamientos para compartir. Un nuevo mundo para soñar.
Divagar por el universo cósmico de Balboa es como caminar por un planeta de peligros y sin limitaciones de sosiego, donde el razonamiento perceptual propicia calidad en el discurso a tratar. Sentido esencial donde la obra/discurso extiende nuevas ideas a comunicar.
Miguel Lescano
Lima, febrero 2010